Como vosotros bien sabéis, en muchas ocasiones no
he escondido mi crítica respecto a la forma en El País cubre Israel y el
conflicto de Oriente Medio, sin embargo, debo admitir que este periódico ha
hecho algo que no sólo salva su cara, sino que también le honra como medio de
comunicación.
Tras publicar algunas noticias de I. Cembrero llenas
de errores y omisiones (por no decir mentiras), tal como lo mencioné en mi
anterior post, el pasado 29 de septiembre este periódico publicó una fe
de errores admitiendolos. Os hubiera dado un enlace a dicha sección pero,
como no lo han publicado en versión digital, os lo he escaneado y os cito la
parte importante: "El cabo israelí Gilad Shalit no estuvo involucrado
en ninguna matanza en Gaza en contra de lo que se decía en el subtítulo de
la información… Shalit fue apresado por Hamás en la frontera de Gaza en 2006 y permaneció
cinco años secuestrado hasta que fue intercambiado por 1.027 presos palestinos,
no 477 como se decía el miércoles y ayer".
Si bien creo que esa fe de errores no termina de
explicar toda la mala intención que se escondía en los artículos de Cembrero, sí
pienso que le envía un claro mensaje tanto a Cembrero como a los otros
periodistas de su redacción. El País no es nada sospechoso de ser un
periódico "pro-israelí" o "sionista", muchas veces sentimos
que es más bien todo lo contrario pero, han puesto para sus periodistas unos
límites, es decir, unas líneas rojas, para cuando éstos quieran criticar a
Israel. Y me estoy refiriendo a la profesionalidad periodística, que
aparentemente incluso algunos periodistas veteranos demuestran haber olvidado.
Espero que con este mensaje, si bien el periódico no
cambia su postura, al menos la información que publique estará contrastada
y no aceptará cualquier dato de fuentes que ya han probado ser poco fiables.
Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel
La distorsión a favor del victimismo infundado pslestino por parte de los medios de comunicación españoles no es nada nuevo. Hace ya tiempo que no sigo ABC digital por su marcada tendencia anti-judía y anti-israelí como sistema (al menos en aquella época).
ResponderEliminarDe El País nunca se esperaba menos de lo que publicaron. Lo triste es ver cómo parece haber miedo a contar las cosas como son, evitando pensar sólo en los 'pobres palestinos' y los 'malvados israelíes'.
El anquilosamiento mental y las 'orejeras' siguen primando en España, cada vez más.
¿Tendrán fiebre?. Esto no cambia nada, hay muchas formas de atacar a alguien cuando se quiere hacer. Lo único que les dicen es: "Chicos no seáis tan descarados, que algunos de nuestros lectores hasta saben leer, tenéis que ser mas finos en la manipulación y la mentira para que no nos pillen de una forma tan burda". Es que si no no es eficaz y caen en el ridículo más espantoso.
ResponderEliminarSaluditos.
Ps: Que le parece el supuesto informe: Preparing a post-Israel Middle East. ¿Le da credibilidad al asunto o es una falsedad que tal informe exista?. Pregunto, solo es eso una pregunta sobre algo que circula por la red. Lo puede aclarar.
No conocemos este informe al que te refieres pero por el nombre, no parece muy serio
EliminarGracias por la respuesta. Más que serio o no serio lo que he leído me parece una infamia, pero puede que sea un bulo más.
EliminarSaluditos.
Señor Haiat, discrepo cordialmente de usted: El País no salva ni sus propios muebles...
ResponderEliminarY poca honra puede esgrimir un diario cuya enceguecida línea editorial, es apéndice y altavoz propagandístico de los variados grupos palestinos que suscitan la admiración y seguidismo de los diversos juntaletras en nómina.
No creo que la “dirección” de El País mande un claro mensaje a los muchos cembreros de la redacción. Perro no come perro.
En breve volverán a las andadas porque el papel del citado diario es servir de púlpito y mantener intoxicados a sus adictos lectores. Persona bien informada me cuenta que para ser miembro de su Redacción se requiere que ninguno de los aspirantes a la misma asistiera a clase -en la Facultad de Periodismo- el día en que se explicó lo de “contrastar”.
En mi opinión, El País tiene en HaHaretz a su mayor y mejor ejemplo para el agit-prop y como fuente de des-información. (“HaHaretz, el diario progresista de referencia en Israel”, señalaba anteayer día 4, Ana Carbajosa en su crónica desde Jerusalem para el diario madrileño). Es probable que el funambulista Gideon Levy -de HaAretz- dicte contenidos y fórmulas a Cembrero&Cía para rellenar columnas así como para conseguir fondos que mantengan a flote a esos dos catecismos del progresismo pro-palestino actualmente en sus horas más bajas.
Spitfire.
Falta añadir que " en la frontera de Gaza " pero del lado de Israel.
ResponderEliminarLo triste de todo esto es que el daño ya está hecho: se publicó la noticia, corrió como reguero de pólvora (a día de hoy, todavía sigo leyendo a personas que repiten lo de que Shalit participó en matanzas en Gaza y que por eso otro palestino invitado al partido no quiso asistir mientras que Gilad estuviera allí, incluso se organizó alguna protesta pública a propósito, utilizando a niños-pancarta, por supuesto), y una insignificante fe de erratas en algún rincón del diario en papel se antoja insuficiente, porque nunca tendrá la misma trascendencia y difusión que la noticia.
ResponderEliminarQué barato y qué fácil resulta mentir y hacer correr bulos. Otra cosa es que, por ejemplo, Gilad Shalit se querellara contra el periódico por injurias.
Lean el artículo que hoy perpetró un tal Francisco Peregil en El País (y los comentarios autorizados sobre el mismo), y luego me repiten eso de que el citado periódico "salva la cara". Algunos, deberían volver a cursar la asignatura de Ética Periodística. ¿Todo está permitido siempre que se ataque a los judíos?
ResponderEliminar¿Y no se puede hacer nada contra esos que vierten comentarios antisemitas, uno y otro día, en las páginas web de los principales periódicos españoles? ¿esa incitación al odio étnico no es delito?. Es una vergüenza la falta de ética de los medios que los permiten y, tanto igual o más, que no se puedan emprenden acciones legales contra esos miserables.
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