Ayer el periódico digital israelí Ynet dio a conocer un vídeo
cuyo visionado provoca angustia. Fue filmado el pasado fin de semana en
Nevi Salaj, una aldea palestina al sur de Samaria (Cisjordania) y muestra como tres niños palestinos agreden
verbalmente a unos soldados israelíes en lo que forma parte de la
manifestación semanal que se desarrolla en esa localidad.
Más allá de los niños y los soldados, llama la
atención en este vídeo la cantidad de cámaras, tanto de video como fotográficas,
que están documentando toda la escena. De hecho, se percibe muy fácilmente que
no se trata nada más que de un "acontecimiento mediático" organizado
especialmente para provocar a los soldados con la "esperanza" de que
dichos soldados reaccionen contra los niños y de que así los
"periodistas" obtengan su pretendido material demonizador de los
israelíes.
Lamentablemente ese tipo de escenas ocurren en
Israel día sí y día también y, de hecho, de vez en cuando aparece circulando en
las redes sociales y en los medios de comunicación algún vídeo en el que un
soldado maltrata a la población civil. Antes de continuar quiero aclarar que condeno
rotundamente cualquier tipo de maltrato, venga de donde venga, y que mi
apoyo es absoluto a la política del ejército israelí de juzgar a los soldados a
quienes se acusa de ello.
Por otro lado, este vídeo muestra desde mi punto de
vista una de las caras más horribles de la guerra de propaganda, la que acusa
directamente a los responsables de estos niños y a aquellos que cooperan
en la acción y que les incitan a llevarla a cabo.
Es enorme la cantidad de cámaras que están hoy en
manos de periodistas, pseudo-periodistas, cooperantes y civiles palestinos en
Cisjordania. Y muchas organizaciones pro-palestinas entienden perfectamente
que el impacto de una imagen circulando por las redes sociales es mucho
mayor que cualquier discurso de Abu Mazen o de un embajador palestino en
cualquier lugar del mundo. Por eso mismo, el hecho de que tan pocos vídeos de
este tipo estén circulando demuestra que la realidad no responde a
aquello que algunos pretenden. Seré más claro aún. Si sus acusaciones
acerca del pretendido maltrato cotidiano recibido por los palestinos a manos de
los soldados fueran verdad, internet estaría llena de tales imágenes y no sería
necesario provocar supuestos incidentes, tal como comprobamos que se hace
con sólo ver este vídeo.
Además, la situación es si cabe todavía peor de lo
que parecería a simple vista. No se trata solamente de un intento de provocación,
grave ya de por sí. Esos cooperantes están abusando de los niños palestinos
para alcanzar sus objetivos propagandísticos y les pagan dinero para que se
enfrenten y agredan a los soldados esperando ansiosos una respuesta violenta
de estos en contra de los niños. Y todo ello con el visto bueno de los
propios padres, que están convirtiendo a sus hijos en simples herramientas
propagandísticas. Los escudos humanos del siglo XXI.
¿Dónde están las organizaciones de derechos
humanos y de los derechos de los niños frente a este abuso cínico? Sabemos
perfectamente donde están: detrás de las cámaras gritando ¡Acción!
Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel