La semana pasada algunos medios de comunicación en España recordaban el 30 aniversario de la masacre en los campos de refugiados de Sabra y Chatila. Ciertos artículos intentaban convertir a Israel en el único protagonista de los terribles sucesos que allí tuvieron lugar.
No es nada nuevo el hecho de que Sabra y Chatila se han transformado en un símbolo político tras el cual se esconde una campaña de propaganda muy agresiva de palestinos que en el proceso, por un lado, borran hechos "no relevantes" y, por otro, inventan otros hecho y otras cifras para convertir esta tragedia, terrible ya de por sí, en uno de los hitos del conflicto palestino-israelí, aunque más bien pertenecería a los terribles sucesos de la guerra civil libanesa que a éste.
Para poner este episodio en su contexto y al mismo tiempo ofrecer una mirada diferente a la que suele verse y mucho más personal de lo acontecido en aquellos años en el Líbano, quiero aprovechar este espacio para publicar el artículo de George Chaya "De Romanos y Bárbaros".
Chaya es un periodista y profesor libanés cristiano maronita que vive en Argentina y que representa a los grupos de exiliados libaneses que luchan contra lo que sucedió con su país debido a la influencia de Siria y de Irán. Pero, por encima de todo, George es un amigo mío muy querido y me siento muy honrado en darle este espacio en mi blog.
De Romanos y Bárbaros
La única democracia de los países árabes fue sistemática y progresivamente asesinada desde 1975 ante el silencio y la mirada de Occidente. Europa jamás condenó el “Libanicidio” árabe. No lo hizo cuando el 13 de octubre de 1990, el ejército sirio asesinó 927 cristianos en Beirut y secuestro otros 2073, de ellos 1036 continúan desaparecidos al día de hoy. Como respuesta el mundo miro hacia otro lado. La propaganda fóbica continua selectivamente dedicada a Sabra y Chatila sin mencionar masacres como los campamentos palestinos de Taal Al-Zatar o Borj Al-Barajneh; cuya responsabilidad próxima al ejército sirio y al grupo Amal, no hacen rentables las masacres, incluso si en estas murieron 11000 palestinos, como ocurrió.
Para los que rechazamos la violencia, es imposible soslayar la muerte de refugiados a manos de los milicianos de Elías Hobeika, quien decidió vengar por propia mano el magnicidio del presidente Bachir Gemayel, asesinado en un complot sirio-palestino ejecutado por Habib Chatouni, del Partido Nacional Socialista Sirio (PNSS) el 14 de septiembre de 1982, dos días antes de las matanzas. Sabra y Chatila forman parte de una página más de la tragedia de sangre inocente derramada en la guerra civil libanesa. Esa tragedia incluye otros muchos actos de genocidio perpetrados desde el 3 de septiembre del 75 al 10 de junio de 1989 como: Deir Al-Ayach, Damour, Yieh, Cheka, Huche Baradah, Kab Elías, Aintoun, Jouneh, Khyam, Ka’as, Baalbeck, Batroun, Niha, Doumah, El Chouf y Zahle. Crímenes no mencionados y olvidados por el mundo, tal vez porque no puede culpar a Israel, tal vez porque no existían cadenas como CNN o Al-Yazira o tal vez porque los periódicos españoles no enviaban corresponsales a Beirut en ese tiempo. La selectiva memoria de organismos defensores DD.HH. y medios de prensa, se centra exclusivamente en Sabra y Chatila, los desgraciados hechos de 1982. Pero esta selectividad Occidental afecta a los propios palestinos, pues los defensores de los derechos humanos no hablan de otros crímenes que se repitieron en mayo de 1985, cuando el ejército sirio volvió a entrar en Chatila y asesino más de 600 palestinos en colaboración con la milicia chiíta Amal. Es curioso cómo si no hay un Israel cerca, no hay un sólo defensor de los derechos humanos tampoco.
El aquelarre de sangre de aquellos años marco también otras fechas dolorosas para el pueblo libanés. En septiembre del ‘83, 112 aldeas en Chouf fueron limpiadas étnicamente de cristianos por milicianos palestinos -incluido nuestro pueblo familiar, Dakkoum-. Entre el 25 y 28 de junio de 1978, un comando sirio al mando de Ali Dib, fusiló 243 civiles cristianos de Ka’as y Ra’as-Baalbeck, culpándoles de pertenecer a la resistencia cristiana; previamente, madres, esposas e hijas fueron violadas y sus propiedades incendiadas, ni un defensor de los derechos humanos levanto la voz. En agosto de 1979, tropas sirias y guerrillas palestinas atacaron Nuha, Amioun y Trípoli, causaron 708 muertos, 1620 heridos y 49 secuestrados-desaparecidos. Entre 1979 y 1982, los asesinatos masivos, secuestros, torturas y el exilio de miles de libaneses cristianos dieron a la ocupación sirio-palestina el control casi total del país. La prensa libanesa se debatía entre la censura y los asesinatos de periodistas. El 24 de febrero de 1980, el presidente del sindicato de periodistas libaneses, Salem Laouzi, fue secuestrado por el Mukhabarat sirio; su cadáver, despedazado, apareció días después en el bosque Aramouni, ambas manos estaban desintegradas por ácido, un mensaje mafioso usual a los pocos periodistas libres que quedaban en Líbano, ese sería el final de cualquiera que con su pluma enfrentara la ocupación siria-palestina del país. Sin embargo, durante todos estos años, muchas ONG’s, la izquierda internacional y medios de prensa se han dedicado a la tarea de criminalizar solo a un sector, que sin duda y como todos, participó de aquel Libanicidio absurdo. Pero con operaciones de prensa adicta solo impiden el descanso en paz de casi doscientos mil hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados en esa guerra estúpida. Al no narrarse la verdad se continúa con la injusticia.
La patológica parcialidad de sectores ideologizados no hace sino evidenciar su miopía hipócrita al momento de dar importancia a los muertos. Los falsos progresistas, siempre listos y complacientes en el apoyo de regímenes brutales y asesinos se reflejan en su propio espejo, gustan de vivir los beneficios de ser Romano, pero aplauden a los Bárbaros.
George Chaya
Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel
Muchas gracias por este post tan clarificador. Impresionante, de verdad!
ResponderEliminarBrillante documento histórico Lior, gracias.
ResponderEliminarAriel K.
Pues nada que añadir, tan solo que que yo sepa en Chabra y Chatila ni un solo tiro fue disparado por un israeli. Fue un ajuste de cuentas dentro del marco de las carnicerías ya mencionadas en el articulo en Libano, concretamente el asesinato de su líder y 40 personas más y la masacre de Damour. Pero en efecto de eso no hablan.
ResponderEliminarSaluditos.
Muy bueno; gracias.
ResponderEliminarA.
Soy un hombre mayor, judio e israeli, conoci libanon hace muchisimos años, era una belleza el pais y su gente. Que afortunados son miles de libanes y nosotros en saber que hay seniores como george chaya.
ResponderEliminargracias.
Yaco
Por fin un vocero activo
ResponderEliminarGracias por el articulo
Gabriel Camhi
Señor Lior, Porque no leeemos o escuchamos en nuestra comunidad aqui y en toda españa a este tipo de amigos de israel. El nivel del reportaje y la relevancia de las estadisticas que transmite el profesor chaya es impresionante y sin precedentes en un pensador libre libanes. Nos hace mucho bien y hay que cuidar a este tipo de amigos que enaltecen la verdad y lo hacen con esa valentia que demuestra.
ResponderEliminarSaludo
Bernardo
Gracias por su artículo y por dar a conocer a George Chaya,y su terrible historia. Ojalá George Chaya fuera a las universidades de España y de otros paises europeos a contar su historia. Y este artículo se publicara en los grandes periodicos europeos. Recomiendo leer a Alain Finkielkraut y su La derrota del pensamiento y Nosotros, los modernos.
ResponderEliminarP.S. sería alguien tan amable de darme esta oración en hebreo? solo la recuerdo de memoria, quizas esta mal,sabe alguien la original y de donde sale?
Bendito sea el leño que la llama del fuego consume,
bendita sea la llama que arde en el rincon mas secreto del corazon,
bedito el corazon con fuerza suficiente para detener su latido en aras del honor,
bendito el leño que la llama del fuego consume.
En realidad no se trata de una oración, es un poema que escribió la paracaidista Hannah Szenes, que fue capturada por los nazis y ejecutada. En su bolsillo estaba este poema que en hebreo es:
Eliminarאַשְׁרֵי הַגַּפְרוּר שֶׁנִּשְׂרַף וְהִצִּית לֶהָבוֹת,
אַשְׁרֵי הַלֶּהָבָה שֶׁבָּעֲרָה בְּסִתְרֵי לְבָבוֹת.
אַשְׁרֵי הַלְבָבוֹת שֶׁיָדְעוּ לַחְדֹל בְּכָבוֹד...
אַשְׁרֵי הַגַּפְרוּר שֶׁנִּשְׂרַף וְהִצִּית לֶהָבוֹת.
Puedes encontrar más información sobre ella aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Hannah_Szenes
Muchisimas gracias! Muchos animos y no pierda la esperanza! su voz es importante y necesaria! un abrazo!
ResponderEliminartoda rava!
Luis
"...gustan los beneficios de ser Romano pero aplauden a los Bárbaros". Cuánta verdad hay en esta frase, pero no sólo ahora, gente así,con doble moral la ha habido siempre, colectivos que son capaces de, en aras a seguir una tendencia que está de moda, por ideología pseudo intelectual o simplemente por estupidez, es capaz de defender lo indefendible. Hace más de 500 años en la España de las tres culturas los judíos tenían terminantemente prohibido ejercer la medicina -y muchísimo menos la cirugía-, no obstante reyes, condes, prelados y toda la alta clase social únicamente acudían a médicos judíos porque sabían que eran los mejores y los más cualificados. Este ejemplo es nimio comparado con el tema principal del artículo de George Chaya, pero sirve como muestra de que no hay nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarPor otro lado me gustaría confesarle que no estoy todo lo informada que me gustaría sobre lo ocurrido en la Guerra del Líbano, y le agradecería me recomendara algún libro o trabajo clarificador sobre el tema. Independientemente de mi ignorancia puntual he de quitarme el sombrero ante George Chaya por su gran artículo, por la fuerza de sus palabras. Como ya han hecho otros lectores del blog le doy las gracias, Lior, por habérnoslo dado a conocer.Un saludo desde el Mediterráneo.
Mari Carmen
Hola Mari Carmen, No conozco libros sobre el tema pero puedes ver la película "Bals con Bashir" aunque obviamente se trata sólo de la experiencia de una persona, en este caso del director. Voy a buscar libros y si los encontrara lo daría a conocer en las redes sociales.
EliminarSaludos, Lior Haiat