Ha habido personas que se han sorprendido por los acontecimientos que tuvieron lugar ayer en la frontera entre Siria e Israel, una frontera que ha permanecido en calma durante los últimos 38 años. Cientos de palestinos, que viven en Siria, invadieron la frontera y penetraron en territorio israelí. Después de unas horas, regresaron a Siria (pero no sin que antes uno de ellos pidiera asilo en Israel, alegando el brutal trato que el Gobierno sirio dispensa a los manifestantes en su país). Todo el que conozca, aunque sólo sea un poco, la realidad siria, especialmente la de las zonas fronterizas con Israel, sabe muy bien que, un hecho de este tipo, no puede suceder sin la autorización y el apoyo (por no decir, la iniciativa) del ejército sirio, y más en esta época en la que se encuentra en estado de alerta y utiliza tanques y francotiradores contra la población civil.
¡Qué nivel de ingenuidad se desprende de las siguientes preguntas!: ¿Por qué el ejército o el Gobierno sirio tendrían que organizar manifestaciones en una frontera que ha estado en calma durante casi cuatro décadas? ¿Qué interés puede estar detrás de estos acontecimientos que no tienen precedentes en Oriente Próximo? ¿A quién podría beneficiar?
No hace falta ir muy lejos para hallar las respuestas y tampoco recurrir a teorías basadas en suposiciones o en adivinanzas. Todo lo que hay que hacer es escuchar a los propios sirios.
La semana pasada el Gobierno sirio autorizó durante unas horas la entrada al país del corresponsal del “New York Times” en Líbano, Anthony Shadid, para entrevistar a unos altos cargos del régimen sirio. Se trata de un hecho muy fuera de lo común, ya que en estos días no hay ningún periodista occidental en territorio sirio.
Entre los entrevistados por Shadid se encontraba también una de las personas más fuertes y centrales de la realidad siria, el primo del Presidente Bashar al-Assad, Rami Makhlous.
Makhlous está considerado como el empresario más importante de Siria, además de ser el hombre de confianza del propio Presidente. No hay duda pues, de que su entrevista es la de una autoridad oficial de la jerarquía siria y sus palabras, no son un mero análisis, sino la propia política del Gobierno.
¿Qué tenía que decir Makhlous al corresponsal del “New York Times”? Dos cosas muy significativas. En primer lugar, que el Gobierno sirio liderado por Bashar al-Assad va a luchar contra los manifestantes “hasta el fin”. Y ya sabemos el fin de quien. En segundo lugar, y no de menos importancia, que si no hay estabilidad en Siria, tampoco la habrá en Israel. En este punto, el corresponsal le preguntó a Makhlous si estaba amenazando a Israel, a lo que Makhlous, en un alarde de sensibilidad, respondió: “no estoy hablando de una guerra, lo que digo es que no tenéis que dejarnos sufrir. No presionéis al Presidente, no presionéis a Siria para hacer algo que Siria no va a estar contenta de hacer”.
Ésta es la solución del Gobierno sirio: si hay manifestaciones y muertos en Siria, ellos van a iniciar un conflicto con Israel. Se tratará de un conflicto organizado y planificado por el mismo Gobierno, y el mundo lo va a aceptar.
¿Y por qué lo va a aceptar? Porque, probablemente, el mundo no lee el “New York Times”.
Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel
Shalom,
ResponderEliminarMuchos países árabes y musulmanes están viviendo desordenes por parte de su población, quienes solo por manifestarse y solicitar cambios democráticos, podemos ver que a diario son violentamente reprimidos por sus Gobiernos. No hace falta saber gran cosa para ver que a esos gobernantes les interesa para poder seguir ocupando sus cargos, desviar y desatar la ira de sus ciudadanos para que estos miren como blanco de sus objetivos a Israel su enemigo de siempre. En este caso, como los palestinos siempre han sido considerados como ciudadanos de segunda clase ante resto de los musulmanes, es por esto que tan vil y astutamente les utilizan como marionetas para que sean los iniciadores y primeras víctimas de un posible conflicto.
Desde mi blog os brindo mi total apoyo porque lo justo es justo. Hay pocos pueblos como el de Israel que se puedan sentir tan orgullosos de ser lo que son.
ResponderEliminarUn saludo cordial y un abrazo Lior.
http://videos-de-interes-policial.blogspot.com/
Creo que está bastante claro quién está detrás de la desgracia acaecida en la frontera con Siria.
ResponderEliminarAhora bien, ¿el ejército israelí no tiene gases lacrimógenos para dispersar? Yo puedo entender que unos jóvenes del ejército, posiblemente haciendo la mili, sorprendidos, asustados (saben que delante pueden tener un francotirador)... disparen. Pero, ¿es que nadie de más nivel dio órdenes de comprar unos gases lacrimógenos y, en su caso, usarlos? ¿A quién ha beneficiado, periodísticamente, las muertes?
A.
No es una frontera, ni por supuesto es territorio israelí. No engañe. Es una línea de armisticio, resultado de una guerra en la que Israel se apropió de una parte del territorio sirio. Para su información ningún país del mundo reconoce la legalidad de esta ocupación ni mucho menos reconoce su pretendida "anexión" pese a sus vehementes esfuerzos.
ResponderEliminarEl islám no se convulsiona, el islám deriva hacia un punto que parece sin retorno. Ante el silencio del estupefacto occidente ellos actuan con fortaleza: hay que posicionar al terrorismo como sistema de estado aún más de lo que a día de hoy está. Egipto es ejemplo, Túnez también, los otros países está por ver. Lo que es del todo intolerable y hasta ofensivo es, no ya el silencio de el resto de sociedad musulmana, es el silencio infame de Europa y resto de secuaces, que pareciera que desean en su fuero interno que Israel fracasase como país. Van mal, muy mal, sólo tiene que darse una vuelta por ese país y verán qué ha pasado en los últimos 5 o 6 años. Es , sencillamente, otro. Extraordinario.
ResponderEliminarRespondiendo al anónimo que habla de anexión: Sí que se trata de una frontera basada en un acuerdo internacional de Alto el Fuego entre Siria e Israel. Hasta que no lleguemos a un acuerdo con los sirios, es territorio bajo control israelí. Buscar estas pobres excusas de terminología es lo mismo que legitimar el terrorismo.
ResponderEliminarRespondiendo al anónimo que habla de los gases lacrimógenos: El Ejército israelí sí utilizó armamento “no mortal” como balas de goma y gases lacrimógenos, hasta el punto de que la soberanía israelí fue violada. ¿Quién se beneficia de los muertos? El que sale más perjudicado es Israel.
ResponderEliminarExacto, Lior: el que sale más perjudicado con los muertos es Israel y de eso me quejo yo. Al- Assad instigó la entrada en Israel y pensó "con un poco de suerte, el ejército Israelí disparará contra la gente y consigo lo que quiero: despistar sobre lo mío y desprestigiar a Israel". Violada la soberanía de Israel, se tenía que haber continuado con métodos no letales para no hacerle el juego a Al-Assad.
ResponderEliminarNo soy el único que opina así: el Haaretz de hoy publica una noticia precisamente sobre los errores del domingo en la frontera. "...to counter this new threat of a mass incursion of unarmed civilians, many more troops - equipped with nonlethal crowd control devices - will have to be stationed along the border".
A.
"Cortina de humo". No sé cómo se dirá en hebreo, pero en español es una expresión muy elocuente. Para desviar la atención internacional de las propias miserias y salvajadas, algunos países árabes han montado esta tangana utilizando a los palestinos como "carne de cañón", otra expresiva frase de la lengua española... Algunos líderes árabes son como aprendices de brujos... ¡hacen que mueran otros mientras ellos están rodeados de comodidades y placeres! Lamentable.
ResponderEliminarEsto es lo normal, cuando hay problemas en Siria, el gobierno crea problemas en la frontera con Israel para distraer a la opinión publica y tener a quien echar la culpa de sus problemas.
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